GOTAS
El calor aletargaba mis músculos, el sudor recorría todos los pliegues de
mi pecho desnudo. Una pequeña gota bajaba desde mi ojo hasta la comisura de mis
labios, pareciendo que llorará.
Otro cigarrillo apagado en el cenicero, otra cerveza acabada en el suelo,
la música sigue trayéndome recuerdos… recuerdos de la primera vez que te vi, la
primera vez que escuche tu voz, recuerdo la vez que escuche tu risa y mi
corazón por momentos dejo de palpitar. Me sorprendo pensando en tus ojos, en tu
boca, tus piernas, tu ombligo… y me digo que no puedo seguir asi, no debo
seguir pensándote cada día, cada minuto, cada segundo...
Enciendo otro cigarro, me levanto a por otra cerveza y siento como el
sudor recorre mi espalda, me pregunto que estarás haciendo, en que estarás pensando,
me pregunto si tu también piensas en mí, si yo para ti también soy especial o
tan solo alguien más que pasó por tu vida.
En la cocina oigo a la vecina de abajo follar, y una sana envidia recorre
mi alma, me decido a abrir la cerveza caliente de la alacena, el amargo liquido
recorre mi garganta, odio las bebidas calientes pero el alcohol es lo único que
cura las heridas.
Llevo días sin trabajar, días sin poder centrar mi cabeza, días sin poder
dejar de soñarte, días sin dejar de amarte. Creo que supe esperar pero también
se que esto puede acabar conmigo así que tendré que aprender a vivir otra vez.
Una nueva vida sin ti pero contigo, una vida en la que ya no piense que
seas lo más importante, una nueva vida de soledad compartida. Una vida en la
que quererme se convierta en mi objetivo y en el momento en que me quiera más a
mí de lo que he que podido querer a nadie, decidir volver a buscarte.
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