jueves, 21 de febrero de 2013

CALEIDOSCOPIO (6)

Poco a poco vamos llegando al final de esta historia.



CALEIDOSCOPIO (6)


Me miro las manos y no lo entiendo, no puedo entender como pude hacerlo, la delicadeza de mis manos me impide racionalizar la fuerza de las mismas, se me hace imposible entender como pude apretar, apretar, apretar hasta dejarle sin aire, el era más grande, más fuerte pero en ese momento mi odio y la sorpresa fue mayor. Aún recuerdo su cara, sus ojos saliendo de las orbitas, las venas de la frente a punto de explotar. Me veo a mi desnuda sobre él, con mis rodillas sobre su pecho peludo, la puerta se abre y Mama con un grito sordo nos encontró, ella no lo entendía, no sabía que pasaba. Poco a poco y mientras mi pequeña barriga iba creciendo fue descubriendo lo que había sucedido, me miraba de reojo, sin atreverse a mirarme directamente, no se si era miedo o vergüenza o quizás culpa pero Mama ya no me miraba.


Creo que Papa nunca se enteró de lo que paso con Alex, no se como pero Mama lo oculto todo, Alex pareció un suicida y yo una pequeña adolescente embarazada, una más en un mundo loco. Tuve que dejar el instituto cuando mi gordura me impedía hacer vida normal, fui objeto de burla por parte de mis compañeros y ningún chico me volvió a desear. A los siete meses todo me sobraba y la oscuridad me dijo que me cortará, que no pasaría nada, esa fue la primera vez que lo intente, Mama como siempre lo impidió y esa noche nació el bebe.

martes, 19 de febrero de 2013

CALEIDOSCOPIO (5)

Lo primero perdón por la tardanza pero entre un fin de semana agitado y el lunes pues ayer no pude publicar, aquí os dejo el capítulo 5 de Caleidoscopio, espero lo disfrutéis.




CALEIDOSCOPIO (5)


Recuerdo cuando vi a Alex por primera vez, yo era pequeña, muy pequeña, la oscuridad aún no me hablaba y dormía tranquila por las noches, tendría 5 o 6 años, el ya era mayor, una espesa barba le cubría la cara, debía tener ventimuchos o quizás alguno más. Me impresiono su sonrisa y la forma de hablarme, como si ya fuera una más, como si no fuera una niña que aún jugaba con sus muñecas. Recuerdo sus ojos azules en la oscuridad de la noche, su voz entre susurros, su aliento calido en mi cara. Mama nunca vio nada raro en su primo pequeño, Mama nunca entendió porque cada vez estaba más cansada y mis ojos denotaban que había llorado, Mama no vio o no quiso ver lo que estaba pasando. Sin embargo yo deje de dormir, la oscuridad comenzó a hablarme y la infancia se acabo demasiado rápido.

Vuelvo al presente, han pasado muchas cosas desde entonces, el bebe ya no esta, Alex tampoco, hace meses que Mama no viene a verme, ahora estoy sola en esta habitación acolchada, acompañada por los gritos y los silencios, por las pastillas y los vasitos de agua. Tan solo un lápiz y una libreta para escribir mis vivencias, para recordarlo todo y así poder dejarlo a un lado… pero no puedo, el lápiz no me obedece y llena de tachones los parrafos que tienen que ver con la noche, con aquella noche, la noche en la que con mis propias manos mat…… a Alex

miércoles, 13 de febrero de 2013

CALEIDOSCOPIO (4)

Dos días seguidos publicando y es que esta historia me tiene tan absorto que no puedo dejar de escribirla, espero que a vosotros también os este gustando, sigamos paseando por los recovecos de una mente enferma.



CALEIDOSCOPIO (4)


Recuerdo el día, o quizás fuera la noche, pero recuerdo como sucedió, recuerdo el bebe llorando, recuerdo a mis padres dormidos, era de noche esta claro, recuerdo el frío suelo en mis pies descalzos, recuerdo que no paraban de gritarme en la cabeza, recuerdo los gritos, la sangre, el cuchillo que cayó al suelo, recuerdo que mi madre no dejaba de llorar, recuerdo a mi padre corriendo sin parar a por el teléfono, lo recuerdo como aquel que viera una película, como si yo no estuviera ahí. Las brillantes lagrimas de mi madre caían sobre la cara del bebe que ya no lloraba, recuerdo mis manos manchadas…


Esa fue la última vez que dormí en casa, pero no fue la primera vez que use un cuchillo, muchos años antes del… bebe, la oscuridad me había obligado a cortar mis muñecas, la oscuridad quería verme sangrar, quería ver como se cubría de rojo el blanco mármol del lavabo, en aquella ocasión Mama llego a tiempo y nos fuimos al hospital, Mama mintió, dijo que me había cortado ayudándola.


Tras la noche del bebe Mama no volvió a mirarme, o fue tras la noche de Alex… no de Alex no debo hablar, no puedo, no quiero… 

martes, 12 de febrero de 2013

CALEIDOSCOPIO (3)


Seguimos con este viaje a los infiernos que para mi esta siendo Caleidoscopio, continuamos con nuestra protagonista y poco a poco la vamos conociendo mejor.


CALEIDOSCOPIO (3)



Otra noche sin dormir, otra noche sufriendo la oscuridad, Alicia no aguanta más, Alicia no quiere seguir sufriendo sola en su habitación. La enfermera le ayuda a bajar al comedor, en él se encuentra a sus compañeros, dementes, enajenados, pajilleros crónicos, deformes. Ella los desprecia, no se siente igual que ellos, ella es bella pese a las ojeras, ella no esta loca.

Le es imposible tragar la papilla que les dan para desayunar, restos del pure de frutas se le quedan en la comisura de los labios, las arcadas le suben desde el estomago y en varias ocasiones esta a punto de vomitar, la comida no sería menos mala si lo hiciera.

La voz en su cabeza se ha calmado, parece que duerme, siempre duerme por el día para amargarle las noches, ella sin embargo no duerme, no puede dormir, por las noches lucha contra la oscuridad y por el día lucha por ser normal.


¿Pero qué hago? No puedo escribir en tercera persona, soy YO la protagonista, no puedo evadirme de la historia, no debo contarla como si fuera otro, no es lógico que me abstraiga y lo escriba como si de otra se tratará. Si es así por que no hablo de Felix que se pasa el día masturbándose hasta provocarse hemorragias en su… no puedo escribir esa palabra, el Doctor me ha prohibido pensar en eso…  no, no, no debo seguir marchándome, si fuera así porque no hablo del exterior, de Mama, Papa, de Alex, lo echo de menos pese a todo el daño… no, no, tengo que hablar de mí, de lo que sucede aquí, pero tengo que contarlo YO sino nunca podré marcharme, sino nunca lograré curarme…