CALEIDOSCOPIO (6)
Me
miro las manos y no lo entiendo, no puedo entender como pude hacerlo, la
delicadeza de mis manos me impide racionalizar la fuerza de las mismas, se me hace
imposible entender como pude apretar, apretar, apretar hasta dejarle sin aire,
el era más grande, más fuerte pero en ese momento mi odio y la sorpresa fue
mayor. Aún recuerdo su cara, sus ojos saliendo de las orbitas, las venas de la
frente a punto de explotar. Me veo a mi desnuda sobre él, con mis rodillas
sobre su pecho peludo, la puerta se abre y Mama con un grito sordo nos
encontró, ella no lo entendía, no sabía que pasaba. Poco a poco y mientras mi
pequeña barriga iba creciendo fue descubriendo lo que había sucedido, me miraba
de reojo, sin atreverse a mirarme directamente, no se si era miedo o vergüenza
o quizás culpa pero Mama ya no me miraba.
Creo
que Papa nunca se enteró de lo que paso con Alex, no se como pero Mama lo
oculto todo, Alex pareció un suicida y yo una pequeña adolescente embarazada,
una más en un mundo loco. Tuve que dejar el instituto cuando mi gordura me
impedía hacer vida normal, fui objeto de burla por parte de mis compañeros y
ningún chico me volvió a desear. A los siete meses todo me sobraba y la
oscuridad me dijo que me cortará, que no pasaría nada, esa fue la primera vez
que lo intente, Mama como siempre lo impidió y esa noche nació el bebe.