jueves, 30 de agosto de 2012

EBANO


Hoy tampoco quiero publicar un escrito demasiado sentimental, que sino va a parecer que me paso el día llorando por las esquinas y no es así.  Este texto no es tan poético como los anteriores (a nivel de estructura) pero pese a los años (creo que es de mi primera época Salmantina) creo que esta bastante bien y es muy visual. Espero que os guste.









EBANO



Su piel de ébano tocaba dulcemente las sabanas blancas, yo observaba desde mi silla aquel cuerpo dormido. Recorría con la mirada aquellas zonas que horas antes habían recorrido mis labios y mis dedos, lentamente deteniéndome en cada suspiro, en cada respiración agitada.

Ahora tan solo con mirarla me acordaba de lo sucedido horas antes, noche de borrachera en la que por cuestión de falta  de cabeza había acabado en la cama de aquella mulata, habíamos jugado durante la noche y ahora a la luz del sol ella dormía complacida.

Aun recordaba sus labios sabrosos, que sabían a gloria, me veía morderlos con fiereza mientras con mis manos agarraba fuertemente sus pechos dorados. Nuestro sudor comenzó a mezclarse al tiempo que yo comenzaba a bajar por el valle de su estomago para llegar hasta su ingle, en la que me detuve hasta que los gritos comenzaron a escandalizar a los vecinos.

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